Lo que debes saber de las calderas de condensación
Las calderas de condensación son máquinas, electrodomésticos, que calientan agua con un alto rendimiento y baja emisión de dióxidos de carbono. Se caracterizan por utilizar compuestos de carbono e hidrógeno como: gas natural, GPL y gasóleo en diversas proporciones.
Su funcionamiento consiste en la transmisión de calor que comienza en la cámara de combustión por radiación en las paredes y a través de las mismas mediante conducción. Los productos de la combustión, una vez que salen de la cámara, van cediendo calor al agua de la caldera. Los humos, según avanzan, bajan su temperatura hasta alcanzar la temperatura de rocío (temperatura en la que el vapor de agua pasa de estado gaseoso a líquido) y comenzar el proceso de condensación, cuyos productos deben poder circular y evacuarse.
Finalmente, los humos se evacuan en un rango de temperaturas entre 30 y 100ºC, temperaturas bajas que en ocasiones, obligan al ventilador a aportar una presión para superar el conducto de humos, ya que el tiro disponible puede ser insuficiente.
Para reducir pérdidas, es muy importante que la caldera trabaje con un exceso de aire lo más ajustado posible (reducción de las pérdidas por humos) y con un amplio nivel de modulación (reducción de las pérdidas por disposición). Un exceso de aire habitual en calderas de condensación de gas natural es de 1,3 mientras que el nivel de modulación suele ser de 1:4 (relación máxima potencia: potencia mínima).
El rendimiento de las calderas de condensación puede llegar hasta 109% gracias al aprovechamiento de calor proveniente de los humos de la combustión. Al enfriar estos humos por debajo de la temperatura de rocío, se libera energía en forma de calor que es aprovechada para calentar el agua del circuito.
Características de las calderas de condensación
- Aprovechamiento del calor latente de los humos (condensación).
- Requerimiento de una extracción para la corriente de condensados mediante sifón y tubería de PVC.
- Intercambiador de gran superficie y resistente a la corrosión, normalmente del tipo espiral de acero inoxidable o también de fundición de aluminio.
Otro punto importante de las calderas de gas de condensación, es que pueden ser de baja temperatura, pueden trabajar con temperaturas de retorno de agua muy bajas (40ºC), sin que la condensación que se produce en el cuerpo de la caldera las dañe.
Además de ello, en el caso de no haber demanda durante varias horas al día (muy habitual en verano en la producción de agua caliente sanitaria), el quemador sólo entraría en funcionamiento para “combatir” las pérdidas por convección y radiación de la caldera, y cuando la temperatura descendiera por debajo de 40ºC.
Por lo tanto, se pueden adaptar a las necesidades térmicas de la vivienda, impulsando agua a diferentes temperaturas en función de la temperatura exterior, orientación de la vivienda, ubicación, entre otros.
Instalación de las calderas de condensación
La instalación de las calderas de condensación es de manera ligeramente diferente a la caldera estanca convencional. Por eso hay que tener en cuenta una serie de aspectos a la hora de su instalación, como la salida de gases, la temperatura y el desagüe. Esto debe regirse según la normativa de instalación de calderas, con la finalidad de un buen funcionamiento de la caldera.
Calderas de gas de condensación en el hogar
Son las calderas de condensación que utilizan gas natural o GPL, lo que les permite el aprovechamiento de energía latente en el vapor de agua. Las calderas de condensación consiguen extraer prácticamente la totalidad del calor de los humos, que, por otro lado, transforman en calefacción.
Las calderas de condensación cuentan con intercambiadores de calor de alto rendimiento que dejan enfriar los humos, antes de que estos salgan por la chimenea, hasta que el vapor de agua que contienen se condensa y el calor liberado se traslada al sistema de calefacción
Con esta tecnología una caldera de condensación a gas obtiene un rendimiento estacional de hasta 98 % (en referencia al poder calorífico [Hs]). Una calefacción a gas con caldera de condensación trabaja de modo especialmente económico, lo que beneficia tanto a su como al medio ambiente.
Consejos para sacar el mayor rendimiento a tu caldera de condensación
- Elige una caldera de condensación de al menos 24 o 26 KW para un mayor confort con el agua caliente. De este modo, la temperatura se mantendrá en el nivel deseado aún habiendo bajas temperaturas. Cuanta más potencia tenga tu caldera de condensación, mayor caudal te proporcionará.
- Con los termostatos modulantes se optimizará el consumo de energía. De este modo no gastarás más energía de la imprescindible para tener el confort que deseas.
- Se pueden encontrar calderas de condensación que gestionan de manera inteligente el suministro de agua caliente. Para ello, disponen de diversas sondas de temperatura que miden el agua que se necesita en cada momento. De este modo, aunque el flujo de agua varíe, la temperatura se mantiene estable.
- Hoy en día se pueden encontrar calderas de gas de condensación con un alto nivel de aislamiento. Este avance tecnológico permite minimizar la pérdida de calor, aumentar el ahorro energético y además garantizar que la caldera sea más silenciosa.
Las marcas han apostado decididamente por esta tecnología, fabricantes como: Ariston, Baxi, Ferroli, Vaillant, Junkers, Saunier Duval, entre otras. El rendimiento de cada una de estas marcas es bastante bueno y son líderes en diferentes países. El negocio actualmente cuenta con un total de más de 40 marcas compitiendo en el mercado español en el ámbito de los sistemas de calefacción.
Ventajas de las calderas de condensación
- Alto rendimiento
- Producción de ahorros superiores al 25% con respecto a una caldera convencional.
- Son estancas y modulantes en el comburente (aire) y el combustible (gas, gasóleo).
- Mínimas emisiones contaminantes.
- Mantenimiento sencillo y rápido.
Calderas de condensación precio
En la actualidad el precio de una caldera de condensación va desde 900 € a 4.000 €, de forma aproximada.
Una de las principales ventajas de las calderas de condensación es el ahorro que producen, tanto en el consumo eléctrico como de gas. Y aunque el precio de las calderas de condensación es algo superior al de modelos más antiguos, a largo plazo su inversión quedará amortizada y supondrá un ahorro en las facturas de gas y luz.
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